La leche de camello es muy nutritiva, por lo que muchas generaciones de nuestros antepasados sobrevivieron solo con esta bebida. La leche de camello es un alimento casi completo compuesto por proteínas (principalmente caseína), grasas, sales y lactosa, además de vitaminas y minerales. La leche de camello y la leche de vaca tienen una composición de aminoácidos similar. La caseína de la leche de camello contiene la mayoría de los aminoácidos esenciales en proporciones elevadas.

En África y Oriente Medio, la leche de camello se utiliza terapéuticamente contra la hidropesía, ictericia, problemas del bazo, tuberculosis, asma, anemia, almorranas, diabetes y contra el virus de la hepatitis C.

Se informa que el tratamiento de la diabetes tipo I con suplementos orales de leche cruda de camello es eficaz y reduce la dosis diaria de insulina del 30 al 35%.

La investigación ha demostrado la presencia de potentes factores antibacterianos y antivirales en la leche de camello.